jueves, 3 de mayo de 2012

El descendimiento

Ha muerto pronto, más lo que era usual para un crucificado que tardaba en morir ahogándose por asfixia y cansancio algunos días. Los pocos que le eran fieles estaban al pie de la cruz y bajan –solicitado y obtenido el permiso de Pilato- el cuerpo muerto de Jesús. Contemplad los rostros, mirad la tristeza y la impotencia que sienten viendo la injusticia que se ha cometido con Cristo y cómo ha quedado su cadáver. Lo depositan en el regazo de su Madre. La Virgen María recibe el Cuerpo de Cristo. Lo recibe con la misma obediencia con que lo concibió por obra del Espíritu en su seno. Antes, todo fue luz; ahora, las tinieblas se ciernen sobre la tierra. 

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