"Todavía estaba hablando, cuando llegó Judas, uno de los doce, acompañado de un gran gentío con espadas y palos, enviados por los príncipes de los sacerdotes y ancianos del pueblo.
El traidor les había dado esta señal: Aquel a quien yo bese, ése es: prendedlo. Y al momento se acercó a Jesús y dijo: Salve, Rabí; y le besó. Pero Jesús le dijo: Amigo ¡a lo que has venido!"